vía engadget

¿Quién no estará harto de sacar y poner las pilas de tantos aparatejos que uno no necesita pero que sin embargo siempre carga consigo por si uno de esos acasos (que, claro, nunca suceden)? Pero la cosa es que los cacharros y sus benditas pilas están ahí, y están ahí para ser cargadas, y para ser cargadas necesitas sacarlas para luego volverlas a poner, en un ciclo infernal y decadente de ociosidad infinita. Pero la solución puede ser este jarro cargador (como uno de café bien cargado), tan solo depositas gentilmente el aparetejo en cuestión y luego de medio día está recargado y listo para (poco o nunca) usarse. Adiós a la pereza