vía TechEBlog
Hay varios pero ninguno como este. Simple, directo, preciso, una belleza, una obra de arte. Al tipo que diseño esta máquina deberían hacerle un monumento. Claro que hay personas, y las hay desde hace siglos, que pueden servir una cerveza como Dios manda, y con más elegancia que un cacharro de metal como este, pero al lado de tanto esperpento que no hace sino derramar la cerveza (¡oh, Dios mío!) y llenar el vaso de espuma (¡válgame el cielo!) esto es un verdadero hito en la evolución robótica. Salud por eso.
25 de octubre de 2006
Dispensador de cerveza
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