Y es que de vez en cuando no hace daño algo realmente útil. Algo que por lo simple y lo eficaz que es te hace pensar por qué nadie lo pensó antes, o si alguien lo pensó por qué no lo hizo, o si alguien lo hizo por qué no lo comercializó, y así te pierdes en pensamientos inútiles cuando lo que tienes que hacer es terminar de poner el piso, las ventanas o el tablero ese por el que tu mujer tanto te molesta cada y todos los días. Y, pues, luego de tanto trabajo (mental, por supuesto) bueno es tomarse una cerveza y no morir en el intento. Y mientras eso pasa pensar en un nombre más apropiado: ¿Angulizador?
vía coolest gadgets