Y finalmente llegó el día, Steve Jobs presentó la novísima y esbeltísima MacBook Air: menos de 2 cm. de altura son suficientes para salivar sin reparo ni vergüenza.
Dejando de lado su línea (otra vez) perfecta no creo que sea un producto estrella de Apple. No es que no vaya a venderse bien y no es tampoco que no vaya a hablarse de ella mucho estos días y todo lo demás. Pero vistas las cosas con frialdad no es más que una MacBook de $1800 (sin CD/DVD, sin FireWire, con un solo puerto USB, sin red cableada, con procesador de solo 1.6 GHz y $1800).
Es, más bien, un ensayo, un ejercicio de lo que está por venir. Lo más novedoso del asunto es ese Touchpad multipunto, y que tampoco es nuevo: ya lo vimos en CES. Es un ejercicio sobre si se puede prescindir en una portátil de DVD, capacidad de almacenamiento, puertos a discreción, etc. sin echarlos mucho de menos. Es un ensayo de lo que vendrá más adelante (y pronto esperamos) con el resto de MacBooks. Solo hay que imaginarlas: Nuevo Touchpad multipunto, nueva línea más esbelta y la potencia de siempre (o mientras más mejor).
Ya lo dijo Steve: faltan 50 semanas de este 2008. Solo nos queda esperar, caballero.