Y por fin una manera diferente e ingeniosa de no decir la hora de la manera de siempre. En vez de simples, impersonales y poco amigables números mejores son las palabras. Así que pasas de, por ejemplo, 3:40 a veinte para las cuatro. Se cuelga en la pared y listo. Claro, después de haber gastado lo $160 que vale el cacharrito.
vía ubergizmo
4 de mayo de 2007
Reloj con palabras y no números
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